jueves, 31 de mayo de 2018

Ya sea Sentado en el Escorial de quito espantando palomas entre sonrisas, ahí en lo alto, donde el bien vence al mal a orillas de mar de un fuegitos, o caminando por las adoquinadas calles de la ronda, la felicidad lentificia los momentos que nacen de esta amistad que se avasalla sobre los sueños de estos días de verano... 
Olivia se acolumpiaba en la plaza y reia,  Y mientras más alto iba más reía. Aveces hasta cerraba los ojos al hacerlo.
Santi, su hermano más chico que estaba ahí y la miraba, no entendia. Es que a el le aterraban los columpios.
 -De que te reis, si es feo- le cuestionó el.
 -Al principio- dijo ella mientras se bajaba- pero cuando le perdes el miedo es cuando más cosquillas hace-

miércoles, 24 de agosto de 2016

Dicen los cuenta-cuentos de un pueblito al Sur de Caracas que en la época antes de los relojes y las brujulas, bastaba con mirar al cielo para saber de horas y lugares. Hasta los días nublados uno no podia perderse si sabía levantar la cabeza y dejarse guiar.
Ellos no entienden de aparatos ni de mapas, tienen la suerte de cuidar los secretos de los cielos. 
En las grandes ciudades, la gente para saber la hora mira hacia abajo,  corriendose un poco la manga de su camisa, o sacando el aparatito de su bolsillo. El mismo que usan mirando para abajo cuando no saben como llegar. En cambio en el pueblo de los cuenta-cuentos solamente respiran hondo y miran para arriba, al cielo del sol y de la Luna; cielo de colores naranja, violeta y azules; y se dejan guiar por los mismos secretos que las estrellas les contaban a sus abuelos.
Era septiembre de algún año antes de la revolución. El pueblo estaba aplastado por una sensación rara, mezcla de miedo e incertidumbre.
Caía la tarde y las calles se llenaban de miradas sospechosas, y las multitudes aguardaban en sus casas escuchando las mismas noticias en la radio que el dia anterior. Todos sabían lo que no podían decir, y hablaban de lo que podían saber con palabras sacadas de un cuentagotas.  Pero a Manuel, un sentipensante de profesión, ya nada le importaba desde que el doctor le había dicho algo de que las hormonas lo estaban dejando Calvo.  Ya cansada, su mujer le insistia: -Manuel, si el pelo fuera importante estaría dentro de la cabeza y no por fuera. Como las ideas, Manuel; que las más importantes te dan vueltas en la cabeza durante toda la vida-
"Somos polvo y nada,  todo cuanto hacemos no es más que viento" dice una de las tablillas de barro cocinada con fuego en tiempo de las primeras palabras.  Puede que haya quien Piense así tanto tiempo después,  pero yo creo que somos las palabras que callamos,  las que decimos y las que pensamos.   Somos las palabras que no encontramos para contar lo fuerte que es el amor o lo profundo que es la tristeza. Somos las palabras mudas que se nos pierden cuando nos invade el miedo, Y las palabras danzantes que se nos caen en la felicidad. Y son esas palabras las que hacen viento que sólo mueve hojas,  o viento que forma tormentas y tornados. Viento que revoluciona,  que baila y se adueña de barriletes y sueños.
Una palabra es un ladrillo,  que falta y hace débil o que construye y fortalece.
Una tarde,  en una esquina de tacuarembo,  encontré una leyenda escrita en el tronco de un árbol que decía "Errado esta quien cree enemigos al odio y al amor".  Es el olvido quien mata lentamente al amor,  y que curiosamente ha sobrevivido tantos años de humanidad, olvidada de que venimos al mundo destinados a amar. Unos antes,  otros despues y pobres aquellos encontrados a destiempo volviendose inexpertos en el arte de amar, sin saber que para amar hay que recordar. Por que como dice el hombre de los abrazos,  recordar viene del latin "re-cordis"que significa volver a pasar por el corazon.
Dicen que lo importante es reír,  aunque la procesión vaya por dentro. No hay que estigmatizar al alma por no poder desconectanos a tiempo antes de que las nostalgia nos opaque los sueños.  Despues de todo eso es reír ¿no?. Darle la razón al alma,  de que se puede llegar,  que los sueños están ahí,  esperando sin contra-tiempos a que salgamos a buscarlos y no nos quedemos atrapados aquí.
Hay una tribu al sur de África, que cuando alguien ríe,  los otros abren los brazos,  por que piensan (o saben) que la risa es la llave del alma.
Hace algunos años,  mientras hacia mi practicas de clínica pediátrica en el hospital, tuve la oportunidad de  jugar cn algunos de los chicos de la sala 407 despues de hacer los controles de cada uno. Recuerdo particularmente a uno de los nenes que no habrá tenido más de 5 años, un poco bajito para la edad, y cn muchas pecas en la cara. Que mientras jugaba cn mi estetoscopio me preguntaba donde estaba cada órgano del cuerpo, y cuando yo le respondia el se tocaba el corazón, el estómago, la lengua, etc. De repente, Y muy inocentemente, me pregunta -"¿Y el alma dotor?¿donde esta el alma?"-. Yo un poco desconcertado por la pregunta, y riéndome por dentro por la imaginación de el, le dije q no sabía, pero que creía que estaba adentro del corazón. Pero el, con toda la seguridad del mundo y bien firme desde la camilla me dijo q no, que el alma esta en los ojos. Que por eso cdo su abuelito murió cerro los ojos. Porque su alma se fue al cielo. Hasta el dia de hoy, No me han dado mayor certeza alguna sobre el alma que la que me dio ese nene... Y hasta puede ser que tenga razón, ¿No? O acaso ¿por que los ojos son la parte más expresiva de una persona?, ¿Porque con mirar fijó a alguien podes saber si miente, si tiene miedo, o si nos quiere?, ¿Porque hay miradas que dicen todo?, ¿porqué hay Silencios saturados de miradas gritandose?

sábado, 28 de mayo de 2016

Trivialidades I

Dicen que si no sabes que elegir, tires una moneda al aire. 
Pero en ese momento en que la moneda esta girando en el aire, 
tu corazón ya habrá elegido cara o Cruz. 
Lo mismo pasa cuando el amor te da el derecho (u obligación) de dudar. 
Mucho antes de que te des cuenta tu corazón ya habrá elegido un camino 
y tal vez nunca te des cuenta de eso. 
Y esa es la peor tragedia, o ironía para algunos. 
Algunos se enamoran, mientras otros se desmoronan. 
Algunos caminan, mientras otros toman aire, 
y miran para adelante una vez mas para encontrar el horizonte.

martes, 25 de febrero de 2014

La colección de mi memoria.

¿Nunca te has puesto a pensar que tal vez ese polvo de estrellas del que todos dicen que estamos hechos, no sea más que una espesa y abrumadora neblina de recuerdos?
Desde que nacemos hasta que morimos, formamos y perdemos recuerdos a diario. Y eso casi siempre se mantiene en equilibrio. Algunos recuerdos quedan incrustados en nuestra memoria como granitos de oro en una inmensa cueva, y otros solo son breves imágenes que están de paso y se van sin siquiera darnos cuenta de que ellas han entrado y salido de nosotros.
Hay recuerdos amargos, que queman como el agua hirviendo a borbotones, que se nos mete por debajo de la piel y nos escaldan las manos dejándonos marcas inmortales. También hay recuerdos dulces, que se nos pegan entre los dedos como un algodón de azúcar interminable. Hay recuerdos que se nos escapan de la memoria, como si fueran granos de arena que caen de nuestra mano inevitablemente por más que la cerremos como un puño con todas nuestras fuerzas. Y otros recuerdos no son más que detalladas invenciones como las fabulas de un niño, que terminan por convencernos de que son verdaderos hechos ocurridos.
Es simple, somos recuerdos, breves momentos grabados en nuestra memoria. Y de eso se trata vivir; De formar y olvidar recuerdos, Esta bien romper, de vez en cuando, con ese equilibrio y ser un aventurero de oficio y vivir miles de futuros recuerdos. Pero romper ese equilibrio puede ser un arma de doble filo que podría consumirnos la vida simplemente hundiéndonos en la rutina y olvidando día a día nuestros recuerdos sin el más mínimo deseo de salir y ser un formador de ellos, como si nos diera vergüenza decir ante los demás que estamos acá formando recuerdos, que en el mejor de los casos, y si uno pone mucho esfuerzo podría ser el de miles.
Ya sabes, la memoria recuerda hasta morir, y nuestro corazón deja de latir con el último recuerdo que se nos va.

Es por eso que no me preocupa el hecho de morir en sí mismo. Lo que realmente me preocupa es ¿Adónde van nuestros recuerdos?, ¿Quién junta todas nuestras memorias cuando morimos?

viernes, 31 de enero de 2014

Las nubes ardían y se mezclaban por encima de la montaña con destellos de luz roja, violeta y naranja. Las manecillas del reloj se detuvieron y el viento también, no había silencio y tampoco ruido. Era tan perfecta esa postal, que por un momento tuve miedo de no volver a impresionarme nunca mas de nada parecido..para cuando el reloj volvió a correr, ya estaba todo oscuro y mi postal solo en mi recuerdo...

viernes, 12 de octubre de 2012

El hombre en el espejo


El hombre del espejo lo miro fijo. Tenía una mirada fría, calculadora, penetrante y cínica. Una mirada que buscaba los miedos ocultos de la persona del otro lado del espejo, para tomarlos y manipular así, a su antojo, a su víctima. La mirada del hombre en el espejo recordaba a la de un león que acecha a su presa, segundos antes de atacar.
Mariano no se animaba ni siquiera a mirar de reojo hacia el espejo. Sabía bien que el hombre de ahí estaba dispuesto a arrebatarle todo, hasta la propia vida si hacía falta.
Ya no recordaba cuando fue que apareció su opresor, este sujeto que había convertido su vida en un calvario. Mariano ya había perdido el valor de salir de su casa por temor a que este hombre que lo atormentaba apareciera en el espejo de algún baño público, o en el reflejo del vidrio de algún auto o edificio. En una ocasión, se emborracho, no sé si para juntar valor o perder el miedo, e intento sacar, romper o tapar todos los espejos de su casa, pero solo logro hacerse unos cortes en los brazos y en la cara.
Su vida ya había sido vaciada, con el pasar de los días solo contenía y acrecentaba su miedo, ese miedo absurdo a morir, a perder lo único que aun le pertenecía, lo único que estaba bajo su control, ya que el hombre del espejo le había quitado casi todo.
Con el pasar del tiempo, mariano olvido como se veía su sonrisa, que aspecto tenía su rostro, cuál era el color de sus ojos, no sabía si ya tenía canas o cuantas arrugas tenía en la cara. El miedo a toparse con un espejo en la calle lo llevó a encerrarse en su casa, y en sí mismo. Ya casi no recordaba cuando fue la última vez que cantó. Su vida de a poco iba olvidando el sentido de vivir, su alma iba desapareciendo como un arcoíris cuando se esconde el sol, el hombre en el espejo le fue quitando los colores a la vida de mariano. La única música que se oía en la casa era el rechinar de los viejos muebles de madera poco lustrados, el golpeteo de los platos al apilarlos, el ruidos de las ramas que arañaban las paredes los días de tormenta y el crujir de los escalones que llevaban al piso de arriba donde se encontraba la habitación de mariano.
La mañana del primero de octubre amaneció frio y nublado, con una ventisca un tanto molesta, como la de fines de otoño que arremolinan todas las hojas secas caídas alrededor de uno. Mariano se levanto alrededor de las 10 de la mañana y se quedo un poco más en la cama pensando un poco y ordenando las ideas revueltas que le habían quedado de la mezcla de sueños que había tenido. Luego de darse una ducha, bajó a desayunar y se preparo un licuado de frutilla; durazno y naranja ya que la mañana anterior había recibido el pedido de mercadería que hacia todas las semana a un supermercado cercano.
Esa mañana condimento su desayuno con música, puso en volumen máximo el concierto n1° para violín de Tchaikovski. Cuando termino de desayunar, no se molestó en lavar las cosas, es más, ni siquiera levantó la mesa. Subió hasta su cuarto, como disfrutando cada paso que daba, como si cada escalón que subía le extasiara el cuerpo.
Una vez en su cuarto saco una caja de madera llena de polvo que estaba arriba del armario color caoba, de madera un poco gastada y seca, por el sol que le entraba desde la ventana de enfrente, y producto también del descuido de mariano. Se sentó en la cama y de la caja sacó una foto que estaba un poco desteñida por el paso del tiempo. En la foto aparecía él, sonriendo, varios años atrás, apoyado sobre un tronco de un viejo algarrobo y abrazando a una chica un poco más chica que él, con una hermosa sonrisa en su cara, que parecía dibujada suavemente con un pincel en un lienzo de seda. Ella tenía el pelo suelto y parecía enredársele en el cuello. Un pelo que no era con rulos ni lacio, sino más bien una mezcla de los dos pintado del color del otoño. Las dos personas de la fotografía se veían tranquilas, en paz, algunos rayos del sol le pegaban en la cara y ellos le sonreían. Sonreían y disfrutaban el momento, solo les importaba el presente y le dejaban el futuro a la imaginación y el azar.
Debajo de la foto había una Colt .357 Magnum, y una caja de balas. Con suma tranquilidad, mariano tomo el arma, la soplo un poco para sacarle el polvo y luego la miro a contraluz. Acto seguido, tomo una y solamente una bala y la introdujo en el arma. Dejó la Colt sobre la cama y guardó la fotografía nuevamente en la caja, deteniéndose unos segundos para volver a observarla, y volvió a dejar la caja donde estaba antes. Tomó el arma con la seguridad que tiene un equilibrista para dar un paso sobre la cuerda floja a cien metro de altura, y salió de la habitación.
Antes de bajar por la escalera, se detuvo unos minutos en la ventana que daba al patio de su casa y observo con cierta melancolía como el viento iba desnudando suavemente el jacaranda que tenía en una esquina del fondo, y llenaba el cielo de las pequeñas flores lilas que parecían ser como un enjambre de mariposas o una bandada de pájaros jugando en lo lejos del cielo.
Una vez abajo, junto un poco de valor y se colocó enfrente del gran espejo que tenía entre el hogar a leña y una réplica de uno de los cuadros de Dalí. Volvía a sonar Tchaikovski y mariano empuño el arma con demasiada fuerza.
-Se que estas ahí- dijo mariano con voz temblorosa, mirando al espejo.
-Siempre estoy aquí mariano, ¿O alguna vez me despegue de vos?- respondió una voz desde el espejo.
-¿Esperando?- Pregunto mariano con un poco de miedo evidente- ¿Para qué?- volvió a cuestionar mariano.
-Para dejar de jugar con vos- respondió la voz que salía del espejo, con total seguridad.
Mientras a mariano le retumbaba esa frase en la cabeza, el hombre en el espejo hacia mímicas con la mano como si estuviera dirigiendo una orquesta, mientras todavía sonaba Tchaikovski.
-Los dos sabíamos que este día iba a llegar, y esa linda pistola con solo una bala, que cuelga de esa mano débil y temblorosa que siempre has tenido, solo te hará daño a ti- volvió a comentar el hombre del espejo.
-Ya me cansé de vos, de que formes parte de mi vida, de que tengas más control sobre ella que yo, ya te perdí el miedo- le dijo mariano elevando de a poco la voz.
-Pero si el que tiene el control de todo, sos vos mariano. Vos me trajiste hasta acá- dijo entre risas el hombre.
Mariano comenzaba a sudar. Sus ojos se movían de un lado a otro como buscando algo en el interior de su cabeza. Empezaba a inquietarse, la desesperación aumentaba, veía como el hombre del espejo dibujaba una sonrisa maliciosa. Empuño el arma con tanta fuerza que sentía como los dedos se acalambraban un poco.
-Cállate, cállate, no hables mas- grito mariano mordiéndose las muelas-No quiero escucharte nunca más.
Levantó el arma y apunto a la cabeza del hombre, mientras este simplemente se limitaba a reír.
-Dale cagon, apreta el gatillo, ¡disparame!-
-Te voy a sacar de mi vida, y de mi cabeza-
-La vida te vas sacar, te vas a volar la cabeza idiota- le gritaba el hombre desde el espejo riendo cada vez más fuerte.
Mariano dio unos pasos hacia el espejo y apoyo la pistola en la cabeza del hombre y de repente todos los músculos que tenia tensionados, se le relajaron, sintió un frio que le recorría todo el cuerpo aunque su cabeza le quemaba por dentro.
Sonrió, y apretó el gatillo. Y esa milésima de segundo antes de que el percutor impacte en la bala, se vio a si mismo sonriendo y apuntándose con el arma a la sien, a si mismo, y se reconoció en el espejo. Y con la última nota del concierto n1° para violín de Tchaikovski sonando en el aire, se escuchó un disparo que retumbo en toda la casa.




sábado, 11 de agosto de 2012

sexo en sol mayor

Campanas desvestidas suenan
y divierten tus noches,
mientras sonríes enredado
tratando de evitar el final.

Miras y no te hace falta hablar,
tu cuerpo siente un éxtasis profundo,
y juraras haber escuchado
la música que mañana sera himno.

Se te eriza la piel con cada nota,
entras en un trance profundo
y se te corta la respiracion,
y todo esta por terminar.

Perfiles de disparos repentinos
y ya no hay ruido ni movimiento.
Te rindes, caes devastado con solo
una música sorda en tu cabeza-

domingo, 3 de junio de 2012

Canción del mundo nuevo

Se pierden tantas sonrisas,
Con tan solo mirar atrás.
Hay que saltar desde la cornisa,
Y querer gritar.

El tiempo pasa lento
Cuando te sientas a esperar.
Nunca hay que dejar de intentar,
Por miedo a fracasar.

Y ahora todos tiremos fuerte,
Que el mundo hay que mover.
El sol sale para verte
Como vuelves a nacer.

sábado, 14 de abril de 2012

Dia 164


"A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo"

Jean de La Fontaine (Poeta francés n. Château-Thierry, Aisne; 3 de julio de 1621 - m. París; 13 de abril de 1695).


Hace dos días que damos vueltas sin parar por Montañita, Ecuador, y cada día nos fascina más este lugar.
Todavía nos queda dinero del que me pagó Álvaro por trabajar en su barco y pequeños trabajos que hemos ido haciendo en los diferentes pueblos que vamos recorriendo, y Jazmín también trae consigo sus ahorros de bastante tiempo.
Anoche fue el cumpleaños de Jazmín, por lo que la invité a cenar a un lugar que me recomendaron unos chicos que también estaban parando en el hostel Papaya. El lugar se llamaba Karukera.
Desde el momento en que entramos nos encantó a los dos. Era una lugar muy lindo, las mesas y las sillas todas de madera con barniz oscuro, las paredes de diferentes colores con cuadros de diferentes tamaños y motivos, y de fondo sonaba música chill out que se mezclaba con el sonido del mar. Ambos pedimos unos platos que venían con variedad de mariscos que nunca había visto y eran deliciosos, y un vino blanco para tomar. Luego de cenar volvimos al bar del hostel donde estábamos parando, a tomar algunos tragos y escuchar a una banda que iría a tocar esa misma noche. Pero al llegar, nos topamos con el grupo de chicos y chicas que me habían recomendado Karukera, y nos invitaron a ir a la playa con ellos. Con Jazmín no la dudamos ni un segundo cuando vimos que llevaban guitarras y bongos.
Llegamos a la playa, donde habían otros grupos como nosotros dispersos por la arena cálida. ¡Sacaron cervezas, whiskys y otras botellas! A medida que iba bajando el nivel de las botellas se consumían las canciones que íbamos tocando, mientras las guitarras y los bongos pasaban de mano en mano. Sonaron tantas canciones diferentes como estrellas se veían en ese cielo, y cuando ya estábamos muy cansados o muy ebrios como para tocar, nos acercamos un poco mas unos a otros y nos recostamos todos en la arena, mirando el cielo. Y fue entonces cuando empezamos a contar historias o cuentos entre todos...
Hoy cuando me levante solo recordé dos que creo fueron las que mas me gustaron, que  fueron las que contaron Lara o "alu" como le decían los demás, y Benicio.

"Era un sábado nublado, Iñaki estaba tirado con una guitarra negra un tanto despintada, al lado de un sauce. Cantaba canciones para una mujer que parecía esperar. Se distraía un poco mirando como se movían las largas ramas del árbol con el viento, pero luego recordó que estaba ahí esperando a alguien, alguien a quien debía enfrentar, alguien a quien quería enfrentar. La muerte.
No le teme a la muerte, el eco en su cabeza no es sobre el miedo a morir, es más, el esta ahí, ¡Esperándola! ¡Enfrentándola!
Su miedo es lo que sucede con la muerte, la perdida de los recuerdos, esa anulación de la mente en el momento en que morimos. Pasaba horas tratando de imaginar a donde se iban los lindos recuerdos que uno colecciona en su mente a lo largo de la vida, esas juntadas interminables con amigos, risas descontroladas con hermanos, esos paisajes hermosos que llegamos a conocer, lindos momentos de amor, los grandes logros conseguidos y esos momentos que uno quiere recordar para la eternidad. Le parecía injusto, absurdo y egoísta que con la muerte toda esa gran película que uno arma en su cabeza, simplemente quedara en blanco. Todas las personas tienen en algún rincón de su cabeza, algún recuerdo que es digno de compartir y cuando mueren simplemente se deshace, y eso a Iñaki lo atormentaba."

"Le hablaba un ciego a un sordo, y en ese monologo hacia repetidas pausas esperando algún gesto de su interlocutor. No recibía ninguno, pero obstinado retomaba el dialogo, -quizás no me interpreta bien- se le ocurrió pensar reiteradas veces y reiteradas veces cambio las palabras, las re formuló, incluso hasta llegó a contradecirse pero el sordo no era cociente que este le hablaba por lo tanto le era indiferente.
El ciego frustrado se batió en retirada, creyéndose en la soledad... Pero el sordo no era ciego, ni el ciego era sordo. El primero lo vio en todo momento gesticular al pobre ciego, y el segundo le oyó la tenue respiración y el galopar de su corazón casi todo el tiempo que duró el monologo reiterativo y contradictorio del ciego. Por primera vez en mucho tiempo se fueron a la cama pensando en que había alguien peor que ellos mismos.
El ciego pensaba y conversaba con su eco sobre la desgracia del pobre sordo. - Imagínate -decía- ¡No poder oír nada! Ni lluvia, ni el viento. No conocer la música, el sonido de una guitarra o la eufonía de una mujer. No saber que es el silencio, ese silencio de paz que reina en el bosque, o una playa. Y no ese silencio atroz y aterrador de no oír nada.-
El sordo se quedo mirándose al espejo y sintió lastima por el ciego. No entendía como alguien podía vivir sin verse todos los días al espejo envejecer, sin ver la inmensidad del mar, un atardecer en la playa, la sonrisa de una mujer y la majestuosidad de las montañas. No le entraba la idea de no poder ver la luz ni poder ver la oscuridad, esa oscuridad de la noche en la que nos relajamos y dejamos en remojo nuestras ideas y no esa oscuridad aterradora y encegecedora de no poder ver."

Luego de que cada uno contara una historia, había un momento se silencio, como el silencio luego de la tormenta y de apoco algunos iban aportando algunas opiniones o explicaban algunas sensaciones al respecto.
Cuando llegamos al Papaya hostel y nos fuimos a nuestra habitación con Jaz, hicimos el amor de una manera única. ¡No se si habrá sido el lugar, pero fue una mezcla de erotismo, ternura, sensualidad y amor!


Le agradezco a Sergio Bragagnolo por colaborar con este post, al haber escrito el primer párrafo de la historia del ciego y del sordo, y dejarme usar ese fragmento para completar el cuento de este post.

lunes, 26 de marzo de 2012

Noche de penas ahogadas

La noche gira y gira,
y yo voy corriendo
con la música como religión.

La luna se duerme,
y yo me trenzo en debate
con mi mente enroscada otra vez.

Las estrellas no me guían,
y yo busco desesperado
la oportunidad para ser feliz.

El sol sale allá en lo lejos,
y yo caigo en el error
de creer que no podrá ser.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Dia 147

La televisión llega a millones de personas, pero al alma de pocas. La medicina llega a menos personas, pero tiene el potencial de cambiarles las vida.  
Lisa Sanders ( 24 de julio de 1956) asesora médica de la serie Dr. House, columnista médica del New York Times y ex responsable del Primary Care Internal Medicine Residency Program en la YALE School of Medicine

¡Las últimas semanas hemos estado recorriendo de punta a punta todo Perú! Wow, que  país fascinante, una diversidad de paisajes e historias escondidas que sorprenden. 
Todavía cargábamos con la paz que traíamos del Machu Picchu. Es algo maravillosamente hermoso, y misterioso. Es algo de lo que no hay imaginación posible para describir y sentir. Simplemente hay que estar ahí, a 2500 metros sobre el mar y viendo esa increíble y romántica ciudad. Antes del volver, entre las piedras de uno de sus muros, deje escondido un papel con la frase "Tu misterio es más interesante que mi imaginación".

Ayer decidimos parar unos días en Piura, al norte de Perú, porque Jazmín ha estado con fiebre, y a pesar de la insistencia de ella de seguir, le dije pararíamos algunos días hasta que se mejore.Después de dejar las cosas en la habitación, y a Jazmín descansando en la cama, baje a la recepción del Hostel  Los Cocos Inn, donde habíamos parado, y pregunte donde podía encontrar una farmacia cerca de ahí para comprar unos medicamentos.
-¿Que necesitas?-  Me dijo un hombre que estaba al lado mío en la recepción. (El acento argentino era inconfundible, y se notaba que era del interior)
-Algo para mí...- me quedé pensando unas milésimas de segundos
-...mi novia- Fue raro decirlo, nunca me había referido así a Jazmín
-¿Por qué? ¿Que le pasa? Tal vez yo tengo algo que darle, soy médico y llevo algunos medicamentos.- Me dijo, quien después se presentaría como Alejandro, un chico de 26 años de San Juan que estaba recorriendo América del Sur.
Le conté lo que pasaba con Jazmín y subimos. La revisó un poco, le tomo la temperatura, y le hizo unas preguntas. Le dio un par de pastillas y le dijo como tenía que tomarlas, y que eran para la fiebre y algo más que ahora no recuerdo. Charlamos los tres un rato, hasta que Jazmín se durmió, y decidimos ir al bar que estaba en la esquina a tomar algo y seguir charlando, mientras ella descansaba.
Una cerveza llevo a la otra y cada una traía un poco de historia de cada uno de nosotros, que compartíamos con el otro, hasta que la lengua se nos empezó a soltar, y sin pisar la borrachera, ya nos creíamos unos eruditos en filosofía y ciencias del estilo, y debatíamos una diversidad de temas de los que solo dos personas en un bar con varias cervezas encima cada uno pueden saber. Así llegamos a un tema del que todavía recuerdo, y el que realmente fue el de mayor controversia y del que hablamos con un desaliñado tono sobrio. Sería absurdo, y abundaría en suposiciones si les tratara de citar textualmente esa conversación, pero me gustaría comentarles cual fue la idea en general de la que hablamos. 
Dolor, dolor y sufrimiento, dos sentimientos tan opuestos como iguales. Dos afecciones dañinas de diferentes objetivos. Una es independiente de la otra, y sin embargo a veces conviven en el mismo tiempo. Cuando nos referimos al dolor, ¡es algo físico! Nos duele la cabeza, o nos duele la panza, o la pierna. Sentimos dolor cuando nuestro cuerpo es el que "sufre". Y por otro lado, hablamos de sufrimiento, cuando son los sentimentalismos los que se ven afectados, cuando nos hieren emocionalmente. Sufrimos, cuando nos "duele" el alma. Siendo así, los familiares de una persona con cáncer, padecen un sufrimiento terrible, pero no sienten dolor alguno. Una persona a la que le dicen que murió un amigo siente que le desgarran el alma, pero no sangra por ninguna parte, no siente dolor. Hay fracasos que realmente se sufren y tampoco duelen. En cambio, cuando una madre esta pariendo, siente dolor, pero no sufre, pues está dando a luz a su hijo. Un boxeador que gana el campeonato mundial, seguramente le duele todo el cuerpo, pero no sufre, por que ha cumplido su meta de ser el mejor del mundo. Hay muchos personas que sufren de una enfermedad que no tiene cura y es devastadora, que llegado un momento crítico, eligen rendirse para no sentir más dolor y estar en paz, y no sufren esa decisión.
Al día siguiente, recuerdo que me despertó Jazmín, y yo estaba tirado en el sillón, vestido, y con la camisa desprendida. Nos reímos un poco de la situación, desayunamos, y fuimos a buscar a Ale para recorrer algunos lugares de la ciudad. Nos consto despertarlo, se quejo todo el día de la resaca que tenia. Alquilamos un auto entre los tres y fuimos a conocer las playas de Mancora, que nos habían recomendado la gente del hostel, eran las típicas postales de playa con palmeras y el sol en ocaso. Y a la tardecita fuimos a ver las grandes ferias de artesanías de Catacaos y de Chulucanas. Típica posta del playa con palmeras y el sol en ocaso. Esa misma noche nos despedimos de Ale mientras comíamos chifles con cerveza, ya que el partiría la mañana siguiente hacia el este, adentrándose en el norte de Brasil.
Pasamos unos días mas en Piura con Jazmín, la mayoría del tiempo estábamos en la playa. Yo aproveche para comprar y leer un libro de un hombre en el que había estado pensando mucho últimamente, Mario Benedetti.


lunes, 20 de febrero de 2012

La voz de la montaña

Los bosques se desnutren,
los vientos empiezan a correr,
ya te dije que tu cabeza se pudre,
y en tus ideas algo siempre se puede romper.

La revolución de tus palabras
no es la evolución del alma;
pensamos y decimos crecer
pero no paramos de retroceder.

Los colores no se esconden de tus ojos,
son tus manos que los dejan solos.
Pintemos otra vez la tierra!
pero que esta vez, no se pierdan.

No dejemos que se olviden
lo lindo que es la naturaleza libre.
Crezcamos si así lo piden,
sin destruir todo es posible.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Día 128

Poesía es el arte de introducir
el mar en un vaso.

 Italo Calvino (Santiago de Las Vegas,Provincia de La Habana, Cuba, 15 de octubre de 1923 - Siena, Italia, 19 de septiembre de1985) ha sido uno de los escritores italianos más importantes del siglo XX. 

No, no. Poesía es el arte
de extraer el mar de un vaso… vacío. 

Juan Kruz Igerabide ( Aduna , Gipuzkoa , 1956 24 de marzo -) Uno de los escritores vascos de mayor trascendencia. 

Íbamos camino al norte. De a poco subíamos cada vez más en el mapa. Esta vez viajábamos en un colectivo modelo 86 que parecía una cafetera con ruedas. Tenía la chapa oxidada y lo peor era que las ventanillas no se podían abrir.
En el asiento de al lado viajaba un hombre de más de 70 años que iba dormido. El hombre parecía más destartalado que el mismo colectivo. Tenía la barba dura, como las espinas de un cactus; los ojos rojos, entreabiertos; roncaba entrecortadamente y tenía la piel curtida.
Jazmín estaba encerrada en su mundo, con los ojos cerrados, mientras escuchaba los greateful dead con sus auriculares.
Yo intentaba concentrarme en algunas de las obras de Borges que trataba de leer.
El colectivo paró en un cruce de camino y subieron unas cuantas personas que se sentaron en los asientos del final, y también subió un chico que no debe haber tenido más de 13 años, morenito, petizo, con una mirada perdida y los dientes perfectamente blancos. Llevaba algunos ejemplares del diario El Peruano bajo el brazo, y unos cuantos otros en la mano. Paso vendiéndolos pasajero por pasajero. Cuando me ofreció uno a mí, reconocí en la primera plana a un hombre que había conocido haces meses varios miles de kilómetros al sur (día 23).
Una foto en blanco y negro abarca la mayor parte de la portada, salía con la misma mirada amigable con la que lo vi la última vez. El titular decía "Murió Mario Benedetti." Me dio muchísima pena esa noticia, me había agradado mucho ese hombre! Y era un poeta de los que ya casi no quedan. Podía hablar del amor y no ser cursi, podía hablar de la muerte sin que nos de miedo, y hasta podía pintarnos el paisaje más hermoso si usar pinturas. Ya me imagino todas las personas comentando esta triste noticia. Algunos porque realmente sentían esta perdida, otros solo porque pretenden hacerse los cultos comentando cosas así cuando en realidad no tienen ni la menor idea de lo que ocurre en el mundo.
Me distrajo el tono de dos mujeres que iban atrás nuestro y comenzaron a hablar fuerte. Comentaban que Verónica (al parecer era una vecina) había sido internada en un hospital psiquiátrico porque estaba "loca". La otra mujer decía cosas como "pobre chica, siempre creí que estaba enfermita" o "otra desgracia mas para esa familia".
Una vez mi papa me contó una historia de algo que le había pasado a él, y lo que esta mujeres hablaban me lo recordó : 
"Fuimos con dos amigos a visitar a Pablo, otro amigo que sufría de esquizofrenia y estaba internado en un hospital psiquiátrico. Fue bueno la verdad, lo vimos mucho mejor que la ultima vez, aunque todavía seguía un poco sedado. Mientras estábamos en su habitación charlando con Pablo, entró un hombre corriendo, y comenzó a dar vueltas a nuestro alrededor diciendo 23 grados, 26 minutos, 16 segundos. Después de dar dos vueltas, saltó, se tiró un pedo y salió corriendo  de nuevo. Entre risas, Pablo nos contó que este hombre se creía el Trópico de Capricornio. Luego de tomar unos cuantos mates y charlar decidimos irnos. Cuando cruzábamos el patio central se nos acerco un hombre, de no mas de 40 años y nos preguntó: -¿Ustedes saben porque estamos acá?-.Pedro le respondió -Y, están acá porque necesitan recuperarse. y es mas fácil que se curen estando acá adentro, que afuera.
-No, nada de eso. Nosotros estamos acá para que ustedes, los de afuera, se crean que están cuerdos-.
Nos quedamos helados, no supimos que responderle! ¿Y si el tenia razón?."
Muy bien se plantea esa dicotomía en el cuento del hechicero y el agua de la locura:
"Un poderoso hechicero, queriendo destruir un reino, colocó una poción mágica en un pozo del que todos sus habitantes bebían. Quién tomase aquella agua, se volvería loco.A la mañana siguiente, toda la población bebió y todos enloquecieron, menos el rey, que tenía un pozo privado para él y su familia, donde el hechicero no había conseguido entrar.El monarca, preocupado, intentó controlar a la población ordenando una serie de medidas de seguridad y de salud pública, pero los policías e inspectores habían bebido el agua envenenada, y juzgando absurdas las disposiciones reales, decidieron no respetarlas de manera alguna. 
Cuando los habitantes de aquel reino se enteraron del contenido de los decretos, quedaron convencidos de que el soberano había enloquecido y por eso disponía cosas sin sentido. A gritos fueron hasta el castillo exigiendo que renunciase. 
Desesperado, el rey se declaró dispuesto a dejar el trono, pero la reina lo impidió diciendo "vayamos ahora hasta la fuente y bebamos también. Así nos volveremos iguales a ellos". Y así se hizo: el rey y la reina bebieron el agua de la locura y empezaron inmediatamente a decir cosas sin sentido. 
Al momento sus súbditos se arrepintieron: ahora que el rey estaba mostrando tanta sabiduría, ¿por qué no dejarle gobernar?. 
El país continuó en calma, aunque sus habitantes se comportasen de manera muy diferente a sus vecinos. Y el rey pudo gobernar hasta el fin de sus días"
Con esto quiero decir, ¿como es posible saber que no somos nosotros los que estamos locos?. No porque pensemos igual que miles de personas mas nos asegura estar cuerdos.
Volviendo a la conversación de las dos mujeres de atrás me molesta muchísimo cuando la gente comenta las desgracias de las demás personas, como pretendiendo ayudar, pero realmente están alegrándose de que ese tipo de desgracias no le pasan a uno. Tampoco soporto a esas personas que andan por la vida queriendo ayudar a la gente, pero no con el fin de la solidaridad, si no con el único fin de saciar esa necesidad de sentirse mejores personas y buscar el reconocimiento de los demás. Es un acto netamente egoísta, más allá de que al final alguien más salga beneficiado. Se debe ayudar a los más necesitados para que toda la sociedad sea mejor, para que entre nosotros tapemos los huecos que encontramos en nuestra sociedad, y no para tapar ese deseo que algunos tienen de hacerse ver, o que la gente diga lo bueno que es uno.
Me puse los auriculares y antes de que terminara el tema de The Shins, ya estaba dormido.
Nos despertó el alboroto que se armo en el colectivo porque ya estábamos llegando. Era de noche, la temperatura era agradable. Tomamos nuestras mochilas y nos dirigimos a un lugar de camping del que habíamos leído que era bastante barato y bueno.
Luego de haber armado la carpa y habernos puesto cómodos, descorche un vino para disfrutar con la tierna y hermosa mujer que me venía acompañando todos estos kilómetros. Como la luna no nos acompañaba hoy, prendimos velas y fuimos ricos. Pero importaba mas vernos a los ojos en la tranquilidad de la noche que los miles de diamantes que se quemaban para iluminarnos.

Cuando todo el mundo está loco, ser cuerdo es una locura.
Paul Samuelson (Gary, Indiana, 15 de mayo de 1915 - Belmont, Massachusetts,13 de diciembre de 2009) fue un economista estadounidense de la escuela neoclásica.

martes, 6 de diciembre de 2011

A mis amigos

Cantemos que esta vitrola no desafina,
nos emborrachemos que la noche esta divina,
giremos amigos, hasta derotar al viento,
y que este dia se mueran los malos sentimientos.

Participes de la historia que les cuento,
siempre estan al lado aunque el tiempo pase lento.
Viajamos todos en un solo colectivo,
y espero que juntos juguemos el mismo destino.

Nunca esta de mas compartir una noche
y que nos alcance de fiesta la medianoche
y si se nos acaba el vino, o una cancion,
juntamos risas para comprar otra ocasion.

Todo el mundo tiene primavera
pero nostros tenemos la vida entera.
Y cuandos nos encontremos oxidados,
recordaremos cuando estabamos recien pintados.

No levanto una copa para brindar,
levanto los brazos para abrazar.
Por ustedes no me importa la derrota,
se que estaran para compartir otra ronda.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Realtà in Re minore

Dice el vendedor de humo que no podemos
vivir este cuento de hojas desordenadas.
Sera mejor hacerle a la vida fuertes nudos,
para que no salga volando con sus alas de sabanas.

Sabes que si no somos perfectos es mejor,
que irse olvidando de lo bueno que es fallar.
Regalame uno de tus besos de colección,
de esos que me tapan los ojos y me hacen soñar.

Como dos piratas, desterrados de alta mar,
nos bucamos sin saber que nos ibamos a encontrar.
Somos las marionetas del destino y algo mas,
y no sabremos nunca si las cosas son o cambiaran.

Hay veces que pienso, otras que me dejo llevar.
Sabiendo que no me sera fácil alcanzar,
eso que tantos otros buscan al despertar,
cuando se cierra el telon y la obra vuelve a comenzar.

domingo, 27 de noviembre de 2011

A prueba de balas.

Algunos lo piensan,
otros, a lo sumo solo susurran.
Pero nadie habla claro.
SILENCIO, SILENCIO, SILENCIO...
Algunos callan,
otros, se cortan la lengua.
En fin, nadie dice nada.
SILENCIO, SILENCIO, SILENCIO...
Y no es de sabiduría,
ni de paz tampoco.
Es represión, y es miedo,
Es censura, y es debilidad.
SILENCIO, SILENCIO, SILENCIO...
Matan a las palabras,
matan a la personas,
pero no matan a las ideas.
No con balas ni con terrorismo.
Las ideas mueren solo con la ignorancia.
SILENCIO, SILENCIO, SILENCIO...
Y eso solo es.

viernes, 28 de octubre de 2011

Dia 109

«La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento del amor»
Kurt Donald Cobain (Aberdeen, 20 de febrero de 1967 - Seattle, 5 de abril de 1994) fue el cantante, compositor y guitarrista de la prominente banda grunge Nirvana.

-¡Estoy cansada!- Se queja Jazmín.
-Podemos tirarnos debajo de aquellos arboles un rato si queres- Le contesté.
Caminábamos por tierra norte sin saber a donde íbamos. No estábamos perdidos, solo no teníamos un destino al cual llegar. Perdidos están aquellos que necesitan llegar a un lugar pero no conocen el camino o, se salieron de él.
Me desperté y Jazmín seguía durmiendo. Me levante y me acerque a un anciano que caminaba por ahí sin ninguna prisa.
-Disculpe, ¿me podría decir que hora es?- Le pregunte al hombre.
-Lo siento, no creo poder ayudarte- Me respondió con una sonrisa bastante contagiosa.
-No tengo reloj, pero tengo tiempo- Dijo al ver mi cara de desconcierto a la vez que se tocaba los bolsillos.
-Hay personas que tienen muchos relojes, los coleccionan! Yo no, yo prefiero tener tiempo. Por que el tiempo es para los que están disfrutando de vivir y no para los esclavos de los relojes que no se dan la oportunidad de tener tiempo, mientras cada día se ocupan de morir un poco mas y puntualmente- Termino de aclarar el hombre y siguió su camino.
Deje alejar a ese anciano lentamente mientras sus palabras seguían dando vueltas en mi cabeza.
Toque un poco la guitarra mientras esperaba que Jazmín despertara. Cuando lo hizo, tomamos algunos mates con cascaras de naranjas que corte del árbol y luego fuimos en busca de cartuchos para la polaroid.
Después de caminar varias cuadras encontramos un local de fotografías y entramos. Mi corazón se paró un segundo y luego latió más rápido. Guadalupe estaba ahí. Cuando la puerta se cerro detrás nuestro, ella se dio vuelta y apenas me vio se acercó, me abrazó (yo hice lo mismo) y me saludó. Le presente a Jazmin, y luego de comprar mis cartucho fuimos a un bar los tres, y le conté a Josefina como fue nos conocimos, obviando algunas partes claro.
Se llevaron bien desde el primer momento y los 4 días que pasamos juntos conociendo pueblos muy acogedores del norte se hicieron bastante unidas para lo poco que se conocían, pero en fin, eran iguales!
Un día fuimos a un pueblo que quedaba muy escondido entre las montañas y la gente del lugar nos recomendó conocer una cuevas que habían en las montañas.
De camino a esas montañas pasamos por varias cavernas y túneles, una de ellas que estaba un poco mas alejado del camino nos llamó la atención y fuimos a ver que había en ella. Una vez que estuvimos adentro nos nos pareció nada de otro mundo, pero cuando prendimos una linterna fue increíble! Miles de frase habían escritas en esa cueva!
Pasamos varias horas leyendo esas frases, la mayoría eran fantásticas, hasta que en un momento Guadalupe nos llamó hacia un rincón en el que todas eran frases sobre la música. Las que mas recuerdo son:

"La música es la solución para la torre de Babel, es el idioma universal." 
"La música es infinita, y si no me crees, mira cuantos conciertos se han dado con solo la existencia de siete notas." 
"El correr del agua entre las rocas, los pájaros cantando y el silbido del viento ya hacían música mucho antes que el humano existiera." 
"La música mata sin balas. La música sana sin medicinas." 
"Es alegría, tristeza, paz y caos juntos." 
"La música es de otro, para otro y con otro." 
"La música cambia a la personas, y no al revés." 
"La música no discrimina, es para ricos, pobres y todas las razas." 
"La música no es solo para ser oída, debe ser interpretada por todos nuestros sentidos." 
"Nuestro cuerpo es una sinfonía en la que el corazón marca el ritmo."
Fueron días muy lindos los que vivimos los tres juntos en tierra norte, pero Guada decía tener un destino diferente al nuestro, para mi teníamos el mismo destino, solo que diferente camino que recorrer. Yo viajaba para encontrarme, ella tuvo que encontrarse para viajar, pero en fin ambos teníamos que llegar a conocernos a nosotros mismos. Una noche las dos juntas me escribieron un poema, que según ellas, me describía.



Estaba hecho de otra madera

dormía en la luna, y vivía en la risa

creía las historias que cuentan las piedras
y se ponía loco cuando sentía la brisa 



Dicen que en la música se escondía

y en sus bolsillos coleccionaba tiempo
doce rosas y un jazmín adornan su vida
pregúntenle al viento y verán que no miento 



Lucho siempre contra la rutina

un eslabón perdido de la generación beat
fumaba a la vuelta de la esquina
escondido en las sombras, nunca lo vi.



Nos despedimos otra vez, esta vez como verdaderos amigos y prometimos volver a vernos, y le di un caleidoscopio que arme en esos días y se fue caminando una vez mas en otra dirección con una sonrisa en la cara.
Ahora estamos otra vez Jazmín y yo en la ruta, buscando nuevos destinos, conociendo el mundo, conociéndonos, conociéndome, encontrándome.

viernes, 19 de agosto de 2011

Dia 102

"A los generosos les hace felices ver a otros felices; los avaros no proceden igual, porque pueden conseguir una felicidad mil veces mayor no haciéndolo. No existe otra razón."
Mark Twain, pseudónimo de Samuel Langhorne Clemens (30 de noviembre de 1835 - 21 de abril de 1910) fue un escritor estadounidense.


Era perfecta la combinación del mate caliente en mi boca, y esa brisa fría que trae consigo el mar y golpea como un boxeador buscando un knock out.
Jazmín dormía con su cabeza apoyada en mis piernas, tenía los pies enterrados en la arena caliente, la tapé con una campera que me quedaba grande hasta a mí.
Ya había trabajado bastante con Álvaro, y había ahorrado dinero suficiente como para continuar viajando un buen tiempo mas. Nunca le pregunté sobre las hojas que encontré aquella noche en la biblioteca. El era un gran tipo, pero era gris, SI GRIS! No era expresivo, ni sentimental ni emocionante. Todo aquello que no tuviera que ver con su barco, o con el mar, le daba igual. No tenia grandes pensamientos ni colores en su vida. Estoy seguro que no siempre fue así, algunas marcas en el reflejo de sus ojos, y en ese silencio casual que se formaba luego de zarpar, mostraban ser vestigios de viejas aventuras.

Mientras la causa de mis distracciones dormía, escribí en su guitarra: "Como si fuera uno de los perros de Pavlov, me hace sentir feliz el simple echo de imaginarte ahí, enfrente mió, sonriendo mientras el sol te pega en la cara. En un momento donde el tiempo no nos pide tiempo y la música sale del silencio, descubro que eres mi magdalena de Proust."
Cuando jazmín despertó, caminamos por la playa y me propuso la idea de viajar juntos. Me fascino la idea de inmediato, tomamos nuestras mochilas, y nos dirigimos a la estación de trenes.
Mientras las cuadras pasaban, sentía como me iba metamorfoseando, era otro, estaba empezando a nacer. Recién a tres meses de haber salido de casa para encontrar lo que verdaderamente soy, mas de cien días hicieron falta para que algo en mí apenas comience a cambiar, o crearse! Esta metamorfosis, me golpeaba por dentro, me pedía salir, mostrarse. En la plaza enfrente a la estación de trenes conocí a Joaquín, un tipo de unos treinta y picos de años que era de puerto rico... Después de unas horas, mi cabeza estaba llena de rastas.
Sacamos pasaje para el lugar mas al norte que tuvieran. Caminamos por los vagones, con nuestras mochilas en nuestras espaldas, hasta que encontramos unos lugares vacíos, justo enfrente de un sacerdote.
Habían pasado casi dos horas de viaje, cuando nos despertamos, el paisaje era ahora un sinuoso camino por entre las montañas, había bastante menos gente. El cura, enfrente nuestro, leía un libro con un titulo raro, en otro idioma claro, pero no sabría decir cual. Se dio cuenta que lo mirábamos.
-Buenas tardes, jóvenes!-dijo y aguardó unas milésimas de un pequeño tiempo para ver si le devolvíamos el saludo, o solo nos limitábamos a desviar la mirada.
- Mi nombre es Facundo Cabral-continuó al ver nuestro saludo.
La charla se continúo varios kilómetros que se llenaron de conversaciones sobre todas las cosas, entre las que más recuerdo, y me gustaría escribir, es cuando nos contó un hecho de su infancia, y una historia que le habían contado cuando viajó por Israel.

-Cuando me fui de mi casa, niño aún, mi madre me acompañó a la estación, y cuando subí al tren me dijo: Este es el segundo y último regalo que puedo hacerte, el primero fue darte la vida, el segundo la libertad para vivirla. La oración dilecta de mi madre decía: Señor, te pido perdón por mis pecados, ante todo por haber peregrinado a tus muchos santuarios, olvidando que estás presente en todas partes. En segundo lugar, te pido perdón por haber implorado tantas veces tu ayuda, olvidando que mi bienestar te preocupa más a ti que a mí. Y por último te pido perdón por estar aquí pidiéndote que me perdones, cuando mi corazón sabe que mis pecados son perdonados antes que los cometa, ¡tanta es tú misericordia amado Señor!-relató mientas la voz se le iba haciendo cada vez mas lejana.
Mientras hablaba, Jazmín me abrazaba con más fuerza, y cuando terminó se levanto y se fue a un vagón exclusivo para fumadores... Cuando volvió tenía los ojos un poco llorosos.

Luego de contarle al Padre nuestra historia, en la que se interesó bastante y nos escucho con mucha atención, se dispuso a contarnos unas historia, que le habían contado en uno de sus viajes por Israel.

"...Dos hermanos, uno de ellos era extremadamente inteligente, bastante arrogante y miserable, pero al que su capacidad había llevado a ser un gran millonario. El otro no era un genio, pero era un hombre muy calmo, y por demás generoso, que no le alcanzaba el salario para grandes lujos.
La arrogancia de Francisco lo había llevado a estar prácticamente solo, con excepción de sus empleados. Era un hombre que con solo mirarlo a los ojos te sacaba la sonrisa, te hundía en la depresión, te robaba toda la felicidad. Por otro lado, Santino, era un hombre muy querido en el pueblo, siempre andaba con una sonrisa, le levantaba el ánimo a cualquiera que se lo cruzara por detrás de una de las polvaredas del pueblo.

Como era de suponer su relación estaba por demás desgastada, pero aun así eventualmente se reunían. En una de las veces, Francisco le preguntó a su hermano que como hacia para vivir en un lugar tan precario, tan humilde, cuando el ocasionalmente se conformaba con lo que tenia. Que para que vivía siempre rodeado de personas, por que no hacia como el y hacia una gran fortuna y se dedicaba a disfrutarla el solo, pudiendo hacer lo que solo el quisiera, disfrutando de la libertad de decidir sin tener en cuenta lo que piensen los demás. Santino le respondió que para el era en vano tener tanto y tan pocos en quien gastarlo, a lo que su hermano cuestiono con una carcajada bastante burlona.
-¿Tan pocos en quien gastarlos?-.
-Si, de que sirve gastar todo en uno si lo que mas no hace feliz es la compañía y compartir satisfacciones.- le responde Santino.
-¿Como de que? ¿Que es lo que dices? gastarlo en uno mismo hace que no tires las plata en otros y la disfrutes tu mismo. Si al fin y al cabo eres tu el que se la ha ganado-
- y quien dice que gastarlo en aquellos que queremos esta equivocado. Acaso no vez que la felicidad llega cuando puedes demostrar ante el otro el oportunismo y satisfacción de compartir un momento. En cambio si estas solo, a quien le demuestras la alegría que cargas, y que al guardar en tu cuerpo se desvanece.
-Jajaja!!Que mediocre eres, de verdad que no te entiendo como te conformas con tan poco, y con esos cuentos de que demostrarle al otro nos hace felices. Llegara un momento en que la gente se ira de tu lado por que no tienes mas que darle, en cambio mi fortuna siempre se mantedrá y nunca se acabara por que solo la gasto en mi.-
-Que pena me da ver cuan equivocado estas hermano. Lo que yo les doy es infinito, y es la felicidad la que no tiene limites cuando se comparte, en cambio tu fortuna solo te trae los fantasmas del egocentrismo y la miseria y llegara un momento en que se acabe, por que las monedas se acaban.-
-No me engañaras con tus discursos de felicidad. Yo se lo que la felicidad, yo puedo comprar todo lo que quiero y no me hace falta compartirlo. Te darás cuenta cuando ya muy viejos estés y mueras solo y sin nada.-
-En el fondo te quiero mucho hermano, y mucha pena me dará ver que cuando tu mueras solo te acompañara tu fría fortuna, mientras que yo me iré cuando las personas que amo se encuentre riendo, y me pueda llevar ese pedacito de felicidad conmigo.-
-Esta claro quien se equivoca sobre la felicidad ¿no?- termina diciendo el sacerdote.
-NO!- Responde de inmediato Jazmín.
La miro sorprendido.
-No hay una regla que diga como hay que ser feliz. Cada uno es feliz a su manera, y disfruta la vida como más le guste. Habrá uno que sea mas solidario, pero solo habla de su necesidad de hacer felices a los demás, no de su propia felicidad, a menos que el busque la alegría en la satisfacción de los demás! Si tuviera que elegir una forma de vivir, sin duda alguna elegiría la de Santino, pero así elijo yo, y no quiere decir que Francisco este equivocado, solo que disfruta de una manera mas egoísta.- se explica Jazmín
-¿Y como reconoces esa felicidad si no la vez reflejada en la persona con quien deberías compartirla?- pregunta el cura.

viernes, 17 de junio de 2011

aires de dos sueños

A veces parecemos dos conocidos.
No hay alguien a quien echarle la culpa.
Al amor lo dejo en la esquina Melancolía
como si no te conociera, como si quisiera otra vida.

Y te lastimo,
solo lastimo la relación que teníamos.
Ahora intento
no dejarme cegar por utopías.

"Y puede que en el intento,
me preocupe por tu silencio.
Mas no me mires, ni toques lento
que podría volver a ti como un necio."

Entonces deja de enredarte entre mis cabellos
pues mas caerás como un necio.
No te quiero como mi esclavo,
nosotros volamos juntos de las manos.

Pero si no quieres volar conmigo,
suelta mi mano...
No habrá rencor, no habrá soledad...
volaremos los dos sobre el abismo.

Como siempre lo hicimos...

"Pero podríamos hacer un pacto
tu no me hablas, y yo no te amo...
Pero no me mires de reojo
si paso por tu lado y te pongo un poco loca..."

Pero como no mirarte cuando te veo pasar
si tu mirada me dice la verdad...
Quizás no sea tu destino,
y vos tampoco el mío.

Pero no puedo prometerte no hablar,
si alguna vez te dije amor mío...

"Son palabras sordas esas que me dices,
te sé tan hermosa como tan manipuladora,
por eso mejor deja al tiempo irse,
y es posible que te regale algunas horas"

Suena tan cruel lo que me dices,
al parecer olvidaste que alguna vez me conociste.

En cambio yo, todo lo sé de ti,
hasta lo que me dices cuando me ves reír.
De cómo enloqueces
cuando me ves por la hierba correr

Que cuando te hablo al oído
no hay otro sonido, mas que el mío.
Y cuando acaricio tu pelo
te duermes como si estuvieras en el cielo

Y cuando quedas solo en tu cama,
piensas en un mañana,
soñando con ver juntas nuestras caras.

"Podríamos ser mucho más que dos
y sin embargo pensaría en volver
a dejar de oír por las mañanas tu voz.

No es que me aleje de ti
tan solo te quiero alejar de mí
y no es por las risas y los besos
que se esconden en la nada
y que te disfrazo con deseos.
Sino por miedo de que cuando vuelva a irme
ni tus lágrimas ni tu sangre cambiara mi decisión tan firme.

Así que ya sabes, no es que no te quiera,
perseguiría tus locuras si viajaras de Venecia a Nueva York o al otro lado de la tierra,
y aún así no dejaría que me amaras."

No hay corazón herido
que pueda explicar
la razón de nuestro amor.

Pero tampoco hay sonrisas
que llenen de alegrías
las ganas de tu ausencia en este amor.

Es tu elección,
ve con el Viento o con el Sol,
ve al Norte o al Sur, a donde te lleve tu corazón.

En uno de mis viajes quizás
decida abrir mis ojos y al lado te encuentre,
sería grata la sorpresa, porque tu compañía es perfecta.

Pero ya sabes, mi amor, es tu decisión.
Las puertas de mi corazón están abiertas
y nunca habrá cerradura para tu vuelta.

"podría tal vez resignar mis ganas
de irme cuando te pido que no me mires
si de salva fueran las balas
con las que temo que me lastimes

Ya sabes que no es que te deteste,
eres mi único cable a tierra.
Pero si odio realmente esas veces
en las que parece que no te quiera

Te prometo que algún día aprenderé
a cambiar esas lágrimas por sonrisas.
Y puede que en el intento, logre perder
esa mala costumbre de darte malos días"

No te preocupes por mis lágrimas,
se que algún día cesaran.

Mas bien, presta atención
a lo que te diré...
El miedo te prohibe amar,
cierra los ojos, confía y dejalo pasar.

Yo voy a esperar y a hacer todo lo posible
para que tu confianza vuelva a aparecer.
No contare las horas,
tampoco los días.

Como lo dije alguna vez
no hay nadie a quien culpar
ahora parecemos dos desconocidos
pero todo se solucionara.

este poema fue escrito junto con keila de http://wwweuforia-delirio-keii.blogspot.com
ya seguiré con el historia que venia contando!necesito tiempo...

viernes, 13 de mayo de 2011

Dia 57

Las lágrimas del cielo caen vendiéndose a la gravedad.Lo prohibido te tiene atrapada, seduciendote. [...]Ya no importan los culpables y menos las soluciones, sólo importamos vos y yo.
Quien dijo que el amor era sencillo, se equivocó, [...] porque a nadie más que a vos y a mi se le enreda el alma cuando esos millones de pasos buscan abrigo entre nosotros dos [...] ¿Que no daría por sentir el roce de tu piel con la mía, por respirar tu aliento, por verte andar, por tenerte, sólo eso, tenerte?


Mariana Perez (una amiga, que ayudo a terminar el capitulo que van a leer a continuación), en su poema Vos y yo.


Estos últimos días, tengo que admitir que han sido bastante aburridos, mediocres, sin sobresaltos, sin experiencias, esos días sin grandes esperanzas diría yo.
Para que no gastara la plata que ganaba trabajando con Álvaro, dormía en una habitación que había en el barco que solo constaba de una cama, una mesa de luz, y una pequeña biblioteca que taba la única ventana que había.
Anoche, mientras trataba de dormir, me acorde de Antoine, el debe haber estado en la misma situación que yo varios años atrás. Un pensamiento llevo al otro y termino por desvelarme. Mientras buscaba algo en la biblioteca para leer hasta que el vendedor de sueños volviera por mi puerta, del estante mas alto cayeron unas hojas, bastante amarillentas y con polvo, en las que entre tachones y rayas, decía, escrito a mano:

Un otoño de mil novecientos y algunos años mas, caminaba sobre un montaña de hojas secas, y me reía con el crujir de las hojas que se resquebrajaban debajo de mis botas. Antes de llegar a la esquina tiré lo ultimo que quedaba de mi cohiba, me arregle el sombrero y me paré enfrente de la puerta. Sin esperar respuesta, la acaricie al igual que un vidrio acaricia el suelo cuando cae, mire hacia una de las esquinas de la madera y note que no seria un lugar cualquiera. En la esquina superior izquierda había un letrero, con finas y pequeñas letras doradas decía :" Si sos mas rápido que el viento, mas liviano que una pluma y mas sabio que el silencio...". - Solo entonces eres digno de un paradiso perduto.- susurre yo.Y luego de haber pronunciado ese punto final silenciando todo mi cuerpo, la puerta se abrió con suavidad. Me escabullí en ese lugar, sin llamar mucho la atención, habían unas cuantas sombras, y una escalera. Subí los peldaños de mármol y llegue a una especie de terraza, con tres, o tal vez 4 juegos de sillones de color caoba y marfil. Pedí una copa del vino mas fino que tuvieran, y me senté en el sillón de dos plazas que daba al horizonte. Recorrí con la mirada cada detalle del lugar, sus intrépidos ocupantes, los que entraban, y los que salían también.Todo estaba en orden hasta que mi mirada fue atravesada por otra aun más inquieta. Enceguecido al ver esa sumisa morocha con todo lo necesario para sorprenderme y romperme los esquemas, no tarde en comenzar a sudar mis manos y pies. Pero mientras ella se aceraba algo sin explicación me atemorizo. Mi brazo izquierdo, empezó a asfixiarme mientras el derecho buscaba algo que le costaba encontrar. Finalmente, al termino de segundos rompí ansiosamente la mesa tratando de sacar un filoso trozo de madera asesino y astillado para acercármelo al cuello. En cuanto ella llegó a mi, me toco gloriosamente y me susurro...
Mi mente dejo de volar, es increíble como imagino cosas cuando dejo de pensar razonablemente. Bebí otro trago de vino y me acerqué al balcón que tenia a mi izquierda. Mire como las personas ahí abajo se movían como hormiguitas, todas yendo de un lugar a otro con sus trajes y sombreros costosos, llevándose por delante cualquiera que se les atravezara en el camino, y mirando con desprecio a esos dos de la plaza que están tocando blues.

-A mi también me dan asco.-pronuncio una voz femenina a mis espaldas

Llueve, el otoño se convierte en invierno como el blues en droga. En el techo hay aletas de ballenas ventilando en las profundidades de mi memoria, y no existe sombrero caro que lo impida. Recorriendo mis recuerdos, sin mucho esfuerzo, mi cabeza y corazón se situaron en el día de ayer, hacia el anochecer, cuando ella se enredaba en mi pecho. Yo la tome por su desnuda cintura y contemplamos esas inquietas ballenas en el sereno silencio. El silencio se nubló cuando comencé a pensar y mi mayor duda fue, ¿como habíamos llegado ahí? no se si por tentación, no se si por rendición o si por amor. Ella es la mujer por la que todos matarían, todos menos yo. Quizás sea tan imperfecta como necesaria. Nunca entendí como nos conocíamos tanto sin conocernos, ella dice que nacimos para estar juntos. Pienso que lo que hizo que termináramos así fue su delicada y sensual forma de buscarme. Es tan terca que nunca escucho mi planteo sobre nosotros dos. Entonces con pocas ganas de hacerlo, corte el dulce y fastidioso momento con otro de mis oportunos plantéos. Cuando me dispuse a hablar solamente sonrió, puso boca en mi boca como si fueran partes de una misma cosa y luego se paró y se apoyo en la ventana, corriendo la ventana y dejando que el sol marcara su silueta. Ahí lo comprendí, acabábamos de emprender un camino que como esos ríos que nunca llegan al mar, nosotros nunca llegaríamos al amor.

-No te enamores.-le dije de la formas mas dulce posible, mientras ella miraba por la ventana el mar.
-No lo hagas, es inútil. Solo te romperé el corazón, aunque te prevenga como lo estoy haciendo.- dije, mientras ella seguía ahí, en la ventana.
-Es realmente curioso el amor ¿no?. yo te dijo que no me ames, y tu tal vez ya lo estas sintiendo. y mientras mas te garantice que voy a lastimar, mas pretenderás perseguirme.-

Se dio vuelta, me miro de forma muy tierna. Se acerco a mi, nuestros dos cuerpos desnudos se abrazaron y ella me susurro al oído:

-Somos lo que somos, y nunca cambiaremos. Las personas no cambian, pero pueden intentarlo.-

sábado, 23 de abril de 2011

Dia 45


Odio tener que pensar,
Preferiría tu sonrisa a toda la verdad
Avanzo un paso,
Retrocedo y vuelvo a preguntar
Que algo cambie, para no cambiar jamás
Todo es imperfecto amor
Y... obvio.


Fito paez, Cadáver Exquisito.


El dinero se me estaba acabando, así que decidí buscar algún tipo de trabajo para juntar plata y continuar viajando. Después de dar algunas vueltas por un par de negocios de la ciudad, y no tener éxito, me dirigí al puerto. Entré en un bar y le pregunte al cantinero si sabia de algún barco en el que necesitaran a alguien para trabajar. Me dijo que en el muelle 22 buscara a Álvaro, un viejo de unos 64 años que era el capitán de un barquito pesquero.
Era un hombre de pelo no muy oscuro, tampoco muy claro, una mirada que parecía vacía, pero en realidad era enorme, esos ojos profundos que guardan un centenar de misterios y anécdotas. Vestía un jean clarito, muy raído, una camisa que alguna vez fue blanca y estaba de alpargatas. Fumaba un cigarro mientras veía con amor su nave.
Me acerque, y le explique toda mi historia; y con una voz, de esa que parecen que tienen espinas en la garganta, me dijo que ya me iba a encontrar algún lugar en el barco, se paró y me invito una cerveza. Subió al barco y volvió con algunas cervezas.
-Son artesanales, son de mi pueblo.-dijo mientras abría dos.
Me entrego una, el sudor en la botella ya me incitaba a tomarla toda de un trago. Era de un color ámbar, opaco, lleno de burbujitas que subían como si fueran globitos aerostáticos. Vertí todo el líquido en un vaso que había traído Álvaro, y como arte de magia empezó a subir una espuma densa y blanca, como la niebla, como las manchas de humo que dejan las viejas locomotoras en el cielo. Incline el vaso sobre mi boca, tome aire profundamente y deje que la cerveza fuera cayendo en ella, era espesa, fría y refrescante. La primera gota que cayó en mi lengua era amarga, la última cargaba con todo el sabor de los granos de cebada, de la malta y del exquisito lúpulo, un sabor único, adictivo, un elixir. Después de haber tragado este liquido que fue haciéndole cosquillas a mi garganta, volví a tomar aire y simplemente disfrute del momento.
Le agradecí la oportunidad, y la cerveza. Quedamos en encontrarnos la mañana siguiente para incorporarme a su flamante barco (de flamante no tenia nada, era una barco, común, sucio, viejo y despintado; pero el tipo lo amaba). De camino a vaya uno a saber donde, paré en un banquito que daba al mar, para despedirme del sol que volvía a irse como ya me tenia acostumbrado, y a escribirle una carta a Josefina contándole las ultimas cosas que me habían pasado, que no dejo de pensar en ella, que necesitaba tan solo compartir un pucho con ella, una charla, una risa…un momento.
Suele pasar a veces que se extrañan más esas pequeñas cosas, para los que realmente las disfrutamos, que un beso o cualquier otra representación de cariño. A veces creo que las relaciones se están volviendo más vacías, todo se resume a un mínimo momento de erotismo y sexualidad, cuando bien podríamos disfrutar de la sensualidad de una sonrisa que juega con el sol, de esa fuerza que nos da andar tomados de la mano, o una amistad, si! una amistad, no hay razón para creer que como una obligación un hombre y una mujer tiene que andar de tabú en tabú y no podrían simplemente compartir una amistad. Hay personas que no fueron hechas para ser más que amigas. No por que sean menos que una pareja, si no todo lo contrario. Una pareja sigue una lógica, y una amistad la desarma y ninguna esta mal, es parte de la naturaleza. Tampoco creo en eso del tiempo, no hace falta abusar de él para saber que camino podríamos seguir cuando conocemos una chica. Uno sabe con quien podría tener un amor, y quien tiene esas cositas que hacen tan exacta una amistad. A jazmín no la conozco de toda la vida, pero yo se que no quiero ni podría ser su amigo, yo busco otras cosas en ella, y ella me da lo que no busco en una amiga.
Conseguí alquilar una habitación por muy buen precio en un hotel de mala fama, y luego de hacer un repaso de estos últimos 45 días me dormí pensando en esa ultima frasecita que escuché de la boca de Guadalupe.

lunes, 28 de febrero de 2011

Dia 40

"Dios sabe que no debemos avergonzarnos nunca de nuestras lágrimas, pues son lluvia que cae sobre el polvo cegador de la tierra que endurece nuestros corazones. Me sentí mejor que antes de haber llorado, más triste, más consciente de mi ingratitud, más manso."
Grandes Esperanzas- novela de Charles Dickens

No fue fácil, pero lo hice. 9 días me hicieron falta para dejar un país atrás y toparme con otro. Cruzando varios pueblos en el camino y una cordillera que obliga a temerle y respetarla.
Vaya si sorprenden a uno las vueltas de la vida, fue el mismo Antoine el que me llevo por varios kilómetros de montaña sin descubrir por los soñadores de amapolas y otras flores.
La noche en la que llegue al primero de esos pueblitos pesqueros con un puerto de pinturas y pinceles, me metí en un bar, me senté en la barra y pedí whisky, y hielo. El de la barra me acercó un vaso de whisky, con un poco de hielo. Se lo devolví y le pedí la botella entera. Me senté en la mesa del rincón mas oscuro del lugar, esos rincones tan oscuros que no dejan ver ni el miedo que nos persigue. Empece a tomar lentamente, quería ahogar cualquier recuerdo de Jazmín, si seguía pensando en ella no iba a aguanta ni un día mas, y cegado por las intenciones de mi corazón terminaría arrojando la razón en algún basural que me quede de paso.
Acorde iba bajando el nivel de ese liquido ámbar en la botella, iba llenando segundos de lagrimas, hasta que se me acerco un señor que estaba en la mesa de al lado.
-Nunca te has puesto a pensar que las personas son una maquina de fabricar sentimientos.- me dijo.
Seguí mirando fijo la botella, y me seque los ojos con la manga de mi camisa.
-Algunos los esconden, pero en algún momento tienen que soltarlos todos juntos, y es ahí cuando los largamos como pequeñas gotitas de sentimientos, que salen por el lugar que refleja nuestra alma, los ojos.- continuó el anciano.
Bebí lo que quedaba en el vaso, y serví un poco en el vaso de él y en el mio.
- Es como una canilla que esta rota. Gotea sin parar, y por mas que le pongas un recipiente abajo, para que contenga esas gotas que caen como parte de una pesadilla, llega un momento en el que el recipiente se llena, se rebalsa y las gotas caen despojadas con violencia del alma que se encuentra desolada. Y estas lagrimas, recién son libres cuando terminan en el mar.-dijo el anciano.
- Nunca me creí el cuento de que las lagrimas van a parar al mar. Para mi las lagrimas se hacen nubes y se juntan en el cielo con nubes de lagos, de ríos, de océanos y de otras lagrimas. Y cuando se juntan todos los sollozos en el alba, se forman las nubes que hacen que llueva. Es por eso que pienso que la lluvia no es mas que las lagrimas de todos nosotros juntos, derramadas por el cielo.- le conteste al hombre, que me miraba como sorprendido de que hablara.
La conversación continuo por varias horas mas, pero ahora no recuerdo que fue lo que nos decíamos.
Desperté en la cabina del salvavidas, nada mas hermoso que levantarse y ver el mar, con sus olas furtivas rompiendo continuamente, enseñándonos a perseverar, a nunca bajar los brazos.
Me levante el pantalón como hasta las rodillas, camine un rato por el agua, pensando, pensando en estos 40 días lejos de casa; en que hacer, si volver, si seguir; si me faltaban cosas por aprender; en mis viejos, los extrañaba; en Jazmín, no paraba de pensar en ella!
Me tiré en la arena, saque un caleidoscopio y me puse a jugar con el.

jueves, 3 de febrero de 2011

Dia 31

"Y tras un viaje como mochilero se aprende que no importa tanto la mochila que se carga, sino la mirada que se lleva."



Vaya si me dejó pensando Guadalupe, espero volver a encontrarla en alguna parte. Comencé a caminar de frente a la montaña, que impetuosa se levanta ante mi y esta ciudad caída del mapa tapada por pinos y bosques de coníferas.
Antes de decirle adiós al sol que se iba a otras partes a regalar reflejos y, rayos de luz y esperanza reparé en una casita de madera y piedra un tanto escondida que tenia un cartel que decía "Bar". Entré, no había mucha gente. El lugar era chico pero acogedor estaba todo adornado con pinturas rupestres que se mezclaban con murales de los beatles y algunos instrumentos autóctonos colgando. Me senté en una mesa cerca de una ventana desde la que podía ver un pequeño lago en el fondo, teñido del reflejo que le daba el paisaje y unos cuantos patos paseando como si no existiera el tiempo. Me acerqué a la barra y pedí baylis bien frío. En al ambiente reinaba una tranquilidad algo extraña hasta que la puerta de entrada se abrió bruscamente y entró una chica, muy apresurada, se sentó en una mesa en la esquina mas alejada y oscura, y pidió un te con canela. La notaba nerviosa, como alterada, me quede un rato mirándola, tratando de ver a través de sus ojos y ver que le pasaba; de repente alzó la mirada y me vio con mis ojos clavados en ella. Se levantó y vino hacia mi mesa y se sentó. Se mantuvo callada por unos segundos, golpeando con las uñas la madera gastada y moviendo las rodillas.
-Supongo que vienes por el también, ¿no?-dijo ella suspirando. Estaba agitada.
-¿Él?-
-Si, Él! El chamán.-
-Perdón, no se de que me hablas la verdad-
-Y si no estas por Él, ¿por que estas aquí y no en un lugar mejor?
- Es una larga historia, y le falta mucho para terminar. De todos modos, siempre que se esté con uno mismo es un buen lugar.-
Ella largo una sonrisa al aire y miró por la ventana como recordando algo. No recuerdo haber visto ojos mas hermosos. Si la mirabas de frente se los veía verde clarito, pero si los miraba un poquito de costado y mientas jugaban con los pocos rayos que el momento deja entrar se los podía ver verdes en el centro y gris hacia afuera, un gris nostálgico.
-En este pequeño pueblito, 50 km hacia la montaña, en un bosque de arrayanes vive un chamán. Es uno de los pocos de una comunidad aborigen que queda vivo.-
Ella se pidió un whisky doble con mucho mucho hielo. Yo, pedí otro baylis.
Luego de eso me contó una historia que se vio interrumpida varias veces para rellenar nuestros vasos.
"Este hombre ha sido consultado muchas veces por muchos músicos y pintores, por que tiene la capacidad de traducir en música los cuadros que los pintores les muestran y, en lindos dibujos o pinturas las canciones que le son cantadas.
Una vez, un hombre fue hasta su maloca que se encontraba un poco apartada del resto de la tribu, le cantó una canción que el había compuesto y el chaman solo dibujo un cuadrado que ocupaba toda la hoja. Indignado, el frustrado cantante se fue y regresó varios días después y canto la misma canción salvo un par de cambios que le había hecho y haciendo un esfuerzo sobrehumano para no erra ninguna nota, pero el indio volvió a dibujar un cuadrado negro de las dimensiones de la hoja. Totalmente desganado el cantante le pregunta al chamán por que dibuja algo con tan poco sentido al oír su canción; Este le respondió que la música es una de las pocas cosas dignas del hombre, y que cantar sin realmente sentir lo que se transmite es una barbarie. No es fácil que hacer entender verdaderamente la música que se hace,no basta con ser entonado y tener un instrumento afinado, pero si no lo intentarás, no lo hagas por que no vale la pena. El cantante regresó un año después, al terminar su canción se fue con un dibujo. Era un cuadrado negro que ocupaba toda la hoja, en el centro de este un cuadrado blanco que contenía en su interior los colores sin inventar.
Dicen que una vez una mujer pintó el diente de león mas hermoso que se puedan imaginar, tapando el sol, y con espinas, muchas espinas y el humilde hombre le entrego un trozo de papel que en un caligrafía poco legible decía:

Mayo se llena de lágrimas perdidas,
de un inventario salio este espía.
La hija del sol se desarma lento,
como un diente de león al viento.

Un día llego una chica y le canto una canción hermosa, no recuerdo toda la letra pero una parte decía así:

Me diste algo, lo recuerdas?
Todavía lo guardo, no te preocupes,
En mi fuerte que arme con naipes
Junto a todas las otras excepciones.

En la ciudad vuelve a llover,
La luna se calla otra vez,
Las sombras se derriten,
Esta es tu oportunidad de brillar.

Luego de eso el chamán, pidió que la cantara de nuevo. Mientras ella lo hacia, él cerro los ojos y los mantuvo así varios minutos más después de que ella terminara de cantar. El hombre se tomó su tiempo y al cabo de unas cuantas horas le dio a ella un cuadro en el que salia la chica mas tierna que haya existido, sentada en la arena viendo el ocaso mientras el sol le pegaba en la cara y su risa jugaba con la brisa. Detrás de ella se alternaban los paisajes mas hermosos decorados de lirios y hortensias."
-¡Wow!Fascinante historia. Ojala algún día pueda conocer a ese hombre.-
-Tengo curiosidad por ver que piensa de canción.-
-Me gustaría escucharla.-
Me señaló la guitarra.
Cada uno recogió sus bártulos y salimos del bar, el frió se nos metió por debajo de los huesos, la luna se escondía por el mismo lugar que horas antes se había escapado el sol. Caminamos un poco hasta un plazita que había cerca, compartimos un pucho en el camino. Al llegar, saco la guitarra de la funda y cantó:

Oye, para cambiar el mundo,
solo desaste de los nudos.

Solo hace falta ir un poco mas allá,
donde los infelices no se animan a caminar.


De cobardes estamos hartos,

gente diferente necesitamos.
Levanta la cabeza, alza la mirada.
El orgullo y el honor no son solo palabras.

Nunca lo olvides, no caigas en la rutina

que tu vida no sea un solo día.
Las masas te harán un hombre común,
piensa y vive, y así te harás luz.

-Es corta, pero dura lo suficiente.-Dijo cuando terminó.
-Me gusto, dice muchas cosas ciertas-
Guardó la guitarra y ambos nos paramos, no despedimos y le deseé suerte con su canción, y salimos caminando para lugares diferentes. Ella a buscar el hombre que buscaba en la tribu escondida, yo a buscar un lugar para descansar.
No habíamos caminado ni siquiera 5 metros, cuando me di vuelta y le dije elevando la voz para que me escuchara:
-Oye, no se tu nombre.-
-Yo tampoco se el tuyo, pero ¿realmente importa saberlo?-
-No,creo que no.- pensé en mi interior.
Sonreí y seguí con mi rumbo.


"Siempre quise hacer magia. Pero no la magia de los magos, sino esa que crean los musicos y algunos llaman MUSICA!"